Los tonos apagados son la regla en la actualidad. ¿Por qué? Son tan limpios y frescos que inspiran una gran sensación de calma. Pero esto no significa que debamos renunciar al color. Los matices amarillos dan un aspecto más cálido, mientras que los matices azules dan un aspecto más nítido, y se pueden utilizar para realzar ciertos elementos.
Si deseas introducir un poco de color, asegúrate de elegir tonos puros que se fusionan bien con los neutrales, como los marrones terrosos, azules y verdes.